(Informe de Prensa). En la ciudad de Río de Janeiro (Brasil), sede de la 11ª edición de Navalshore, evento de importancia estratégica para la industria naval mundial, FINA (Federación de la Industria Naval Argentina) volvió a renovar su presencia integrando el stand argentino, con el apoyo de la Cancillería nacional y el Consulado Argentino local.
(Informe de Prensa). En la ciudad de Río de Janeiro (Brasil), sede de la 11ª edición de Navalshore, evento de importancia estratégica para la industria naval mundial, FINA (Federación de la Industria Naval Argentina) volvió a renovar su presencia integrando el stand argentino, con el apoyo de la Cancillería nacional y el Consulado Argentino local.
En el mismo espacio, FINA comparte presencia con destacados astilleros entre los cuales Tandanor CINAR, Astillero Río Santiago, Unidelta y otras empresas de Mar del Plata y Santa Fe.
En la inauguración, importantes personalidades de la industria brasileña se dieron cita para debatir acaloradamente las asignaturas pendientes del sector naval.
Todos los presentes concordaron en la necesidad de llevar la industria naval brasileña a un nivel de competitividad internacional para que pueda afianzarse. La discusión surge luego de que se filtraran noticias de contrataciones en el exterior por parte del mayor demandante, Petrobrás.
En encendidos debates surge que hoy por hoy la mayor preocupación para los brasileños es mantener el contenido local. Los agentes del sector están buscando las maneras de aumentar los índices de productividad y de competitividad para que en Brasil esta industria no retroceda.
Julio Bueno, secretario de desarrollo de Rio, abordó no sólo la cuestión del contenido local, sino también el reajuste del precio del combustible.
Sergio Machado, presidente de Transpetro, cree que el país puede sostener una gran demanda y cuenta con instrumentos financieros de la Caixa, BNDES y el Fondo de la Marina Mercante para sustentar proyectos.
Antonio Müller, presidente de Abemi, apunta en cambio a la necesidad de contar con ingeniería básica en el país como paso previo e indispensable para aumentar el contenido local.
El presidente del Frente Parlamentario de la Industria Marítima, diputado Edson Santos (PT-RJ) rechazó la inyección de dineros públicos para el Astillero carioca Eisa, paralizado desde hace dos meses. Dio a entender que los problemas no atañen a una crisis amplia del sector sino a problemas de gestión empresarial, hoy a cargo del Grupo Sinergy. También reprochó a Petrobrás el haber contratado sólo cinco barcos de apoyo nacionales y haber optado por 23 barcos usados del exterior. Asimismo, pide al gobierno una política gubernamental permanente que ofrezca sustentabilidad a la cadena productiva de la construcción naval.
El presidente de Sinaval, Ariovaldo Rocha, reveló que el sector emplea a 82 mil personas de manera directa e indirectamente a 700 mil personas y maneja 400 contratos y, en un mensaje al nuevo gobierno, dice que el sector necesita continuidad.
Este importante crecimiento de la industria naval de Brasil se dio a partir de la necesidad de explorar la plataforma submarina. En este nuevo esquema de la matriz petrolera, se disparó la demanda de equipamiento naval y el financiamiento público batió récords hasta el año 2011.
El caso argentino, por el contrario, ha venido asentándose en otros paradigmas. La definición estratégica en Argentina apunta a aumentar sus reservas petroleras a partir del trabajo en el continente. (ej. Vaca Muerta).
Sí pueden señalarse algunos paralelismos en el desarrollo naval brasileño y argentino. SINAVAL de Brasil debió batallar – y sigue haciéndolo – contra la incorporación de buques usados y las contrataciones nuevas en países que, además de tecnología y capacidad productiva, acompañan su oferta con financiamiento. Argentina se encuentra ante los mismos desafíos.
En la relación bilateral, señaló Juan Antonio Torresín, Argentina puede quedar fuera de la oferta que requiere Brasil de industria naval. En la medida en que ambos países no logren suscribir un acuerdo marco – similar al de la industria automotriz – será muy difícil que nuestro país forme parte de la oferta industrial brasileña. Asimismo, en materia fiscal debe compatibilizarse la legislación a los efectos de lograr equiparar el contenido nacional en ambos países.
A tal efecto, debería promoverse rápidamente un nuevo encuentro bilateral entre las presidentas de ambos países para replicar lo acontecido en la XVIII Reunión de la UIA en Cardales, y la posterior en Brasilia, volviendo a ratificar la prioridad de la industria naval como eje del equilibrio de la balanza comercial de ambos países, en lo atinente a contenido de bienes primarios y bienes industriales. (Prensa FINA)
15/08/14