Rosario: nuevo accidente reeditó el escaso control que hay en el río Paraná

Otro accidente en el Paraná puso nuevamente en discusión la seguridad en el río. Los controles que se llevan adelante parecen escasos ante las imprudencias que persisten en un curso de agua en el que conviven unas 10 mil embarcaciones a remo y a otras 13 mil a vela y motor. “En el río hay mucha gente, hay consumo de alcohol y no hay controles de Prefectura”, afirmó Erica Toledo, una joven de 28 años que el sábado por la tarde protagonizó lo definió como “un accidente con suerte”. El hecho se produjo frente a la guardería Botar, cuando el kayak en el que ella y una amiga remaban fue embestido por una lancha y ambas sufrieron traumatismos en diferentes partes del cuerpo.


Otro accidente en el Paraná puso nuevamente en discusión la seguridad en el río. Los controles que se llevan adelante parecen escasos ante las imprudencias que persisten en un curso de agua en el que conviven unas 10 mil embarcaciones a remo y a otras 13 mil a vela y motor. “En el río hay mucha gente, hay consumo de alcohol y no hay controles de Prefectura”, afirmó Erica Toledo, una joven de 28 años que el sábado por la tarde protagonizó lo definió como “un accidente con suerte”. El hecho se produjo frente a la guardería Botar, cuando el kayak en el que ella y una amiga remaban fue embestido por una lancha y ambas sufrieron traumatismos en diferentes partes del cuerpo.

El subsecretario de Gobierno del municipio, Claudio Díaz, admitió que “la presencia de Prefectura puede parecer insuficiente ante el enorme parque náutico”, pero también apeló a la responsabilidad de la gente y remarcó que “en el río aún se ven imprudencias enormes”.

Si bien la temporada de verano está declinando, la masividad de la presencia de bañistas, kayaquistas y lancheros persiste los fines de semana y muestra que Rosario se convirtió en el segundo parque náutico del país, con unas 25 mil embarcaciones. Eso tiene sus riesgos, y el sábado pasado, minutos después de las 19.30, quedaron expuestos una vez más cuando dos jóvenes que remaban en kayak hacia su guardería fueron embestidas por una lancha a alta velocidad, a la altura Botar.

“Vi una lancha que venía muy rápido. Me asusté, le empecé a hacer señas y a gritar pero no nos escuchó, entonces nos atropelló y el kayak, que quedó destruido, se empezó a hundir”, relató la joven, que quedó inconsciente y se salvó por llevar colocado el chaleco salvavidas.

“Yo no sabía dónde estaba, sé que los mismos que nos chocaron, me llevaron hasta el muelle de Botar y ahí me dejaron; y a mi amiga la rescató otra gente”, contó Erica, que sufrió un traumatismo de cráneo y tuvieron que darle tres puntos de sutura en el Hospital Alberdi. Su compañera también sufrió algunos traumatismos en el cuerpo.

Desde entonces la joven busca datos sobre los ocupantes de la lancha que la embistió y denunció el hecho en la Prefectura Naval.

Controles

Falta de presencia de efectivos y embarcaciones de Prefectura, además de graves imprudencias por parte de quienes están al frente de embarcaciones fueron principales denuncias que hizo la joven a pocas horas del accidente.

“En el río no se ven controles de Prefectura, ni para las lanchas ni para los kayaks”, aseguró la joven, que admitió estar aún “muy shockeada por lo que pasó”.

Sobre las situaciones que se producen en el río, señaló que “mucha gente va, consume alcohol y después se sube a una embarcación, pero nadie hace nada”, y afirmó que “a Prefectura casi ni se la vio en todo el verano”.

El subsecretario de Gobierno municipal admitió que en el río se ven “imprudencias enormes, desde motos de agua circulando a velocidad excesiva hasta lanchas que se manejan imprudentemente y kayakistas que no realizan el cruce como es debido”. Y en ese sentido, recalcó el trabajo que se realiza desde la mesa conformada por distintos actores del río —Municipalidad, kayakistas, pescadores, guarderías náuticas y Prefectura— que se conformó luego de que en noviembre de 2012, el periodista y nadador Marcelo Abram muriera atropellado por una lancha cuando nadaba en el río.

La campaña “El río somos todos” surgió de esos encuentros. No obstante, un año más tarde otro hecho marcó la agenda del río: el kayakista Angel Santos volvía remando a su casa en la isla un sábado por la noche cuando fue atropellado por una lancha que iba a gran velocidad y se dio a la fuga. Aún se encuentra postrado en una cama sin terminar de recuperarse por completo.

El funcionario hizo hincapié en la política de concientización que se lleva adelante a través de cursos sobre los riesgos en el río, así como también en primeros auxilios (ver aparte). Sin embargo, con un parque náutico que supera las 25 mil embarcaciones, Díaz admitió que “hay que seguir impulsando que Prefectura esté a la altura de esa nueva realidad”, y agregó: “Hay presencia por parte de la fuerza nacional, pero la variable es que el parque náutico no deja de crecer y siempre parece insuficiente”. (Por Eugenia Langone; La Capital – Rosario)

13/03/15

 

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